Puedo soñarte sin puertas
cerradas
y vernos en mis sueños
apretados
como las semillas en el
girasol.
Puedo soñarte
y ser tu lápiz de labios con manzana dentro,
el aparcamiento de tu coche,
la correa de tu reloj
o el agua que sale de tu
ducha.
Y sin embargo
puedo no soñarte,
cenar nostalgia a la plancha
y mandarte por correo
un sorbo de cointreau.
Pedro A García