domingo, 25 de noviembre de 2012




UN FINAL


La muerte tan grande,


tan escrita en tus ojos,


en el luto callado de esta pobre boca,


tan por siempre cerrada a lo innombrable.


Y el silencio horizontal gravita


en el umbral de lo que fue tu risa.


El crepúsculo en tus párpados ya no aletea,


cae sobre el peso de sí mismo.


Y, como la lluvia de ayer que cayó


hace tantos ayeres,


te disuelves en la sombra


de tu inexorable luz.


Brunhilde Román Ibáñez

No hay comentarios:

Publicar un comentario