Muchos intentaron derribarme
y no lo consiguieron,
lo hicieron ciegos de razón,
pero nada les absuelve.
Se estrellaron contra un muro,
un muro, sin ladrillos de mitos,
una fortaleza construida
cuestionando la filosofía aprendida.
Dudar de todas
las verdades
que nos
enseñan en la vida,
cuentos de
adultos perversos
disfrazados
de niños inocentes.
Trataron de denigrarme,
la
prepotencia cavó su tumba,
cuando
parecía que me derribaban,
me hacían más
fuerte
y seguía
creciendo,
hasta
alcanzar mi extraña idiosincrasia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario