FUISTE
Fuiste aquel tango que bailamos
pisándonos
los pies,
la
receta para el asma
que
no logró curar mi corazón herido.
Fuiste
el tren que me llevaba a Cádiz
y
yo el billete que ponía “Oviedo”.
Fuiste
la nota falsa
en
el concierto de los hombres que amé.
Y
sin embargo
mi
alma vagabunda
volvería
a errar contigo,
porque
un acierto
sólo
son dos errores mirándose de frente.
Brunhilde Román Ibáñez
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