lunes, 13 de agosto de 2012

                   VOZ

Dejé de ser el eco de otras voces,
de sueños que se ocultan en sueños que no fueron,

de seres que no fueron más allá de su eco,

palabras en los huecos de una ciudad en ruinas,

noche de la noche envuelta

en hijos que no nacen...


   
Porque el nacer es gritar

el dolor y la rabia, el ardor y el amor

y rugir y reír

y reír y abrazar

y este mar,

que vibra y reverbera

dice: vivir



Brunhilde Román Ibáñez



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