Y llegará tu ausencia
sonámbula
caminando sobre la
córnea de la luna.
Antes de que seas
ultravioleta
abrazaré tus pasos
y tus pies desnudos
los pondré encima de mis
costillas.
El lenguaje de sus dedos
protegerá mi
médula,
para no sucumbir
durmiendo en la
escarcha.
Mis ventrículos
ya no respirarán dentro
de ti
la suave vibración de
tus tendones.
Ahora tengo miedo,
mucho miedo
pero necesito tanto tu
peso en mi sangre
que si el corazón
pudiera hablar
se pararía.
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